Paul Klee, Hesitation, 1906 |
¿Por
qué vuelas si no tienes alas?
Corres
como el agua en el arroyo.
Luces
tan libre como el viento y las aves del campo.
Dime
qué es lo que esconden tus manos.
Qué es
lo que guardan con ferocidad.
Tus
ojos, estrellas brillantes
Guían
mi camino en la oscuridad.
Sin
embargo, sólo iluminan lo necesario, nunca más allá.
¿Por
qué sonríes si no tienes boca?
Se
escucha un tarareo suave y somnífero.
Los
grillos nocturnos tocan el violín con destreza
Y las
ranas llevan a cabo su cotidiano canto.
Veo
poco, pero siento todo.
El
frío me congela hasta el alma,
Llegas
con tu elegancia a calentar mi ser,
Quemándome
sin misericordia con tu belleza intangible.
¿Por
qué me seduces sin yo haberte encontrado?
Te
busco con ansia
Sin
darme cuenta que eres todo lo que veo.
Camino
solitaria y melancólica
Tú me
acoges en tu regazo oscuro.
Los
árboles me rodean y me miran con curiosidad
Preguntándose
qué es lo que ves en mí.
Sé que
estás ahí, pero no te descubro.
¿Por
qué te amo sin haberte visto?
Las
flores dormidas abren a veces sus pétalos,
Contemplan
el espectáculo interesadas.
Me doy
cuenta de ti, de lo que eres.
La
brisa lo dijo casi inteligible.
Eras
tú, la noche negra y estrellada.
Subí
entonces para que danzáramos.
Brillamos
en el campo oscuro, frente a los animales nocturnos.
Ahora,
¿por qué aquella luminosidad intensa nos ahoga lentamente?
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