lunes, septiembre 02, 2013

Después de la lluvia.

Untitled - Zdislav Beksinski
Algún día lloverá y los árboles crecerán. Las nubes dejarán de esconderse, el sol se sentirá intimidado y se irá. Los animales dormirán por una pequeña eternidad y los humanos maldecirán. Algún día, después, el cielo estará despejado, tanto, que se podrán ver las estrellas. Sin embargo, no las mirarán, porque estarán secando los charcos que la lluvia haya dejado. Los animales adormilados aún, miraran al cielo y volarán hacia él, con o sin alas, se irán para no volver. Las estrellas morirán entonces, no de viejas, pero de ser ignoradas. Caerán y se convertirán en polvo invisible antes de tocar el suelo. El sol se desvanecerá junto con ellas y con él la luna y todo lo demás. Todo el cielo estará muerto, oscuro, vuelto una nada. Nadie se dará cuenta, hasta que no haya agua qué secar, hojas qué recoger, animales qué cuidar. Luego, añorarán algo que desconocen. Observaran la nada en la altura y sentirán nostalgia. Se preguntarán por aquello tan oscuro, simple y vacío. Nadie responderá, un gran silencio los estrangulará. Se mirarán unos a otros buscando lo que no se puede encontrar, tratando de averiguar lo inexistente. El agua, entonces, parecerá limpia, preciosa, pero extraña y ajena a ellos mismo. Se secarán los ríos de pura melancolía. Las luces falsas se apagarán por respeto. Todo quedará en tinieblas, no obstante, nadie dirá nada ni sentirá miedo. Sólo una terrible aflicción y pesadumbre. Sentirán que han perdido algo valioso y poco a poco desaparecerán. Primero sus ojos, innecesarios en la lobreguez desgraciada. Enseguida sus pies, al no tener caminos que andar. Luego sus piernas. Sus manos, de no ser tendidas a nadie. Por último, sus bocas lanzarán el suspiro final y se marcharán. Y así, lentamente, es como se hará la oscuridad a partir de un cielo abandonado.  

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