The embroiderer or Mette Gauguin - Paul Gauguin |
El rímel en sus ojos cafés maquillaban la soledad y la tristeza
de unos ojos que han visto más de la cuenta y llorado mares enteros. El café cargado
y sin azúcar trataba de esconder el cansancio y las ojeras de una guerra entre su
espíritu desdichado y el maldito terror por morir. Debajo de su falda se
escondían mil y un pecados ahora guardados en frascos de vidrio en su memoria.
Romper aquellos frascos buscaba con cada hombre que llegaba a desarreglar su
poca calma interior. Dejar volar lejos las memorias de una mujer abandonada por
el cariño, echada a un lado por los prejuicios. Las plantas de sus pies
adoloridas por recorrer tantos caminos sin llegar a ningún lado. Muchas caras
borrosas se había topado y olvidado al instante. Nadie para recordar. Nadie que
valiera la pena. Entre tanto odio y melancolía, aprendió a amar lo que tanto le
había hecho daño, su soledad.
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