The lovers - Rene Magritte |
Había leído todos los libros de su biblioteca. Sin embargo, fue
incapaz de leer sus ojos.
El la soñaba despierto, la anhelaba entre suspiros intoxicados
de pasión.
Ella lo llamaba cada noche, sentada en la ventana de su cuarto,
cantándole al cielo oscuro.
Oh, aquellos labios perdidos, cansados ya de buscarse sin
encontrarse.
Manos esbeltas y delicadas buscando la piel del otro, buscando
tan solo un soplo de su presencia.
Ambas almas errantes, caminando sin rumbo en el bosque de la
desolación y la angustia de no encontrar el pequeño rayo de felicidad.
Nudos irrompibles, casi de hierro, en sus gargantas, tratando de
tragar aquel sentimiento maldito que los dejaba sin respiración.
Sórdidos eran sus pensamientos, pensamientos abandonados a la
desesperanza.
El reflejo en el espejo era solo una sombra disforme de lo que
era una persona viva, alegre.
Ojos caídos, rojos ya, casi ciegos por el humo devastador de la
soledad.
Sus pieles roídas por la falta de caricias, agrietadas y grises.
Sucias.
Agitados corazones por el diluvio de emociones. Falsas esperanzas,
sólo eso.
Maldiciones. Maldiciones y nada más.
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